martes, 22 de diciembre de 2009

Mi voz Hoy.

Pompas de secretos. Fisonomías de humo retenidas por una frágil membrana, flexible ante el vestigio del tiempo. Muecas de ira, poses ígneas, tras un timpano hermetico. Pleura prófuga soñando senderos, hipnóticas hebras de plata. 


La muerte aguarda, en su justa altitud. Destemodo ¡No llegaras al reino de las nubes!


Bajo el tendido eléctrico el despojo de una máscara. Laderas nocturnas pobladas por el roce de los élitros.


Cordeles largos como intestinos, rojos como la sangre, indican el camino de regreso.


En el ámbito de la niebla, sobre zapatos verdes, un hombre desnudo pregunta a su calzado.


-¿Hacia donde? Quimera el retorno, inalcanzable el horizonte. -Demos un paso. Nuestro. Frío. De pellejo prematuro, corteza labial, cuencas vanas, cabello zuzón y lengua sajada.


Una palabra sin aroma, fría y propia.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Cuando la Noche Venga a Abrazarme. Será por que estaba Escrito.



La palabra sincera;eólica,


en su verdad embustera.


La mentira, palabra lunar,


con su innegable certeza.


¿ Cuantos jirones hacen un hombre?


Miles grita el viento.


Uno susurra la luna.


Asi responden a la noche sus sentidos. Percepciones de un oceano convulso y doliente. Entre el horror y la quietud insoportable. Querer comprender lo inaceptable. Pretender olvidar lo permanente.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Carta de Navegación.

“Latido gris”, 5 de diciembre de 2009.          RA = 01 36 48 DEC = +41 24 38  


Cuaderno de bitácora.


Asunto: entrega de correspondencia según la orden recibida el 1 de diciembre de 2009.


Hoy por fin hicimos entrega de las cartas de navegación solicitadas por el departamento violeta. Incluimos cuantas estimamos útiles. Son demasiadas las que nos ofrecen por estos convulsos y pérfidos océanos de amor y poco el crédito que tienen, pues muchas apenas se sostienen ante los ojos de un novel capitán como yo, son fabulaciones tan extraordinarias y abundan en exceso en fantasias delirantes. No obstante una de ellas ha llamado poderosamente mi atención. Principalmente por no haberme llegado siguiendo los cauces habituales del mercado, sino como un hallazgo aparentemente casual entre los restos de un destartalado y viejo barco a la deriva el “sangre glauca”, navio del que no he logrado encontrar referencias en el registro. Me he permitido hacer su transcripción a este cuaderno por si tuviera mas relevancia en un futuro del que ahora pudiera imaginar. Como toda buena carta de navegación no es el alegato apasionado del amante sino el aparentemente menor e injusto pago del agradecimiento, propio del amado. No refleja pues los vaivenes de una singladura dinamica y aveces indescifrable, sino la situación y descripcion de cuerpos y criaturas en este océano, tan necesaria para la ciencia erografica que nos ocupa.



Texto adjunto a la carta:


Yo aun era un niño, recuerdo aquel día como si fuese hoy. Fue poco antes de la tempestad. Por aquel entonces ya había aprendido a identificar los signos evidentes de su cercanía y conocía perfectamente las invocaciones necesarias para protegerme. Lo primero era conjurar al viejo espiritu conocido, el poderoso Zostia de los abismos marinos. Su fuerza siempre fue un regalo poco exigente en apariencia. El y yo eramos la simbiosis perfecta para afrontar cualquier situación.


Despues lo que hicimos fue poner a salvo a Eugenia. Creo que nunca llego a comprender lo que zostia hizo por ella. Aun la recuerdo perpleja sobre el bote salvavidas, solicitando alguna explicación. Durante algunos años mi fantasma ebrio creyo verla, me saludaba y después en silencio, me acompañaba al destierro sin comprender por que me alejaba de nuevo. Pero zostia sabia lo que tenia entre manos. ¡Golpead cuanto queráis,¿ a quien le importa?,  veis,  sigo depie! . De este modo gritábamos a los embates de mar, enloquecidos por el ímpetu oscuro de quien no tiene que perder, ensordeciendo los truenos de la inocua tormenta.


Amanecimos en las orillas de una pequeña isla soleada y magullados. Habíamos perdido el barco pero al menos aquel lugar parecía extraordinariamente acogedor. Los años fueron vertiéndose sobre el apacible y repetido horizonte.


Una tarde tediosa comencé a arrojar piedras al cielo, todas se perdían en el mar del mismo modo, todo semejaba a siempre y sin embargo, algo ocurrió. Algo tan inexplicable e inaudito que debiera obligarme a olvidarlo o comenzar a considerar el desfallecimiento de mi razón.


Del vacio del aire surgían voces amables . ¿ Estariamos perdiendo el juicio?, Zostia decidió dejar aquel juego pero a mi me fascinaba. Aquellos seres incorporeos no parecían representar mayor peligro que el aburrimiento, asi que, continue con mis lanzamientos. De entre aquellas criaturas de aire y palabras elegí a cuatro de ellas. Tres eran colores y uno un saludo. Con el tiempo decidi convertir en el norte de mi recreo al azul, siempre parecía de buen humor. Creo que de algún modo llegue a quererlo, y tan ingenuo fui que llegue a darle mi nombre. Aquello fue según Zostia lo mas estúpido que jamás nadie hizo y pronto crei ver confirmadas sus sospechas. La brisa ociosa y plácida mudo de semblantes. Ahora burlones y crueles arremetían como perros huracanados, poseían mi nombre y por tanto mis armas, pero querían mas, querían mis ropas, querían mi alma. Y luche, me batí como pude y supe, con gritos desafiantes que se perdían en el estruendo de sus chanzas, cada una de mis voces solo conseguía debilitarme. Hasta que finalmente, extenuado, perdí el conocimiento y cai sobre el cadáver de mi fuerza; Zostia.


De la batalla apenas recuerdo otra cosa que las emociones sentidas. Se que tuvo lugar sobre el océano, como una pluma era alzado por manos aparentemente amables y como el plomo sumergido en sus profundidades. Allí reposaban los restos de un naufragio dolorosamente familiar. Ahora con el cielo de nuevo en calma, y desde esta orilla agotada en recursos, veo los viejos tablones que una vez conformaron mi barco. Tratare de recoger cuantos pueda antes de que la marea se los lleve. Crear con ellos algo que flote y por vulnerable que sea el resultado volver a navegar. Me pregunto si estos seres del cielo son solo algo casual y caprichoso. Llegados a mi isla tratando de eludir su tedio con juegos de crueldad, o si por el contrario, vinieron para reclamar su propiedad y recuperar lo que al cielo pertenece. Para expulsar a Zostia al abismo del que nunca debió salir. Para marcar su territorio.


En cualquier caso prefiero pensar lo segundo, que fui amado.


 

domingo, 6 de diciembre de 2009

Correspondencia con el Cielo.


Trato de vislumbrar tu rostro y apenas puedo evocar su perfil, oculto tras el vapor de las erupciones que provoca tu recuerdo.


Puedo ver tu vieja chaqueta a cuadros, tu maleta de cuero marron y tus eternos zapatos de punta, con su negro brillo de coquetería imposible. Veo mi infantil vergüenza en tu temerosa forma de coger mis manos. Se acercan las navidades y con ellas tu ausencia inexplicable aun parece que será quebrada.


Volveras con tu increíble sonrisa y tu cartera extranjera. Orgulloso, frente a un tribunal de extraños, narraras aventuras soñadas con finales de triunfo. Mientras el fiscal, tras la barra del bar, busca con la mirada al chico que desaparece asido a tu mano.


¡Cuánto dueles!. Una sola vez me pegaste, fue cuando llame puta a mama, creo que fue cuando empece a ver el mundo con tus ojos. La hora de la cena se acerca y se que el silencio me robara todas las lagrimas, cuando te derrumbes borracho sobre los brazos de mi incomprensión. Después desaparecerás, llevándo en tu maleta todas las penas que en ella metí para olvidarte.


Recuerdo los días que pasamos en los Alpes, en tu casa ambulante. La vieja caravana sin baño en la que sobraba espacio para todas tus cosas. Pasaba el dia solo, aguardando la hora de hacer los espagettis que compartíamos con el viejo Denetti. Eran cenas que lo llenaban todo. Os veía llegar sonriendo. Os lavabais en el viejo barreño dejando allí todas las heridas que el dia os habría infligido. Preparados de nuevo para burlaros de la cena y arroparme con sonrisas.


Solo ahora creo comprender por que me querías tanto, cuanto disfrutaste de la herida del vientre, cuando llegaba la hora de la cura y yo , el futuro medico, lo recordaba con las gasas y tijeras en la mano. Cuando marche y te deje el dinero recaudado en otras casas, los quinientos francos recuerdas, para que te compraras unas gafas. Nunca valoré lo suficiente el dinero, pero creo poder imaginar, solo ahora, cuanto lloraste. Ahora se que fue el regalo mas grande que nunca hice.


Sonrío si recuerdo tu fe en John Wayne, el dia que decidiste curar el resfriado con whisky , jjajaa, te enfadarías. Volviste del hospital, nada mas despertar, vestido con tu pijama en el autobús e indignado por que ¿a quien coño se le había ocurrido llamar a la ambulancia?. Solo espero tener en mis venas algo del león que rugia en tu enorme corazón.


Miles de besos.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Reunión en la Comunidad. (Tema a tratar; La música).





Nemofostio acusa. ( Vecino del ático).


Perplejo he quedado al oir semejante recua de sandeces. Como es posible que tales disparates sean consentidos en esta comunidad.


-Solo un cretino como el podría atreverse.


-No me interrumpáis por favor, estoy muy cabreado, ¿ alguien alguna vez tuvo queja de la música?, No. Solo a un tipo tan ridículo como su ridículo nombre…Ricarrrdo Zmanotas…, que a saber de que ralea de sordos proviene, se le ocurre denunciar “ Los ruidos”.


La música es la música, como la verdad es la verdad. Es el verbo, el alpha. Mas ubicuo que la luz, el primero de los elementos, nómada de formas y estados, ave migratoria que siempre esta de paso…


-Disculpad, tratemos de abreviar por favor, si esto se prolong…


-¡Me cago en…¡, al próximo que me interrumpa le envio al puto polo norte junto a esa escoria del subsuelo.


Decia que la música adquiere siempre la forma que precisa para llenarlo todo. Reverberaciones en un estanque, espuma sobre las olas, un grifo que gotea, olores que desprende una camisa, la lluvia sobre la hierba, la llama de una vela, las ascuas de una hoguera, el crepitar de la madera..todo depende del lugar en el que nos sorprende. Naturalmente para llegar a la cloaca acorazada en la que vive ese Zmanootas ha de socavar metros de hormigón, impregnarse de oscuridad para finalmente componer fractales deformes sobre una pared.


Deslizarse por su peso y conformar charcos de limo pútridos que fermentan en los oídos del miserable que la llama ruido insoportable. Decidle que la próxima vez abra la puerta y las orejas.


¿ Que es eso?.


-Parecen perros, debe ser la partida, ya salieron de caza.


-¿ Que armas llevan esta vez?


-Eeeee pistolas.


- Saben lo que se hacen, conocen a su presa, ya casi puedo percibir el olor a cadáver. Voy con ellos.